Educación y comunicación digital

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Para conocer y usar mejor la red y los medios

Diez consejos para destacar en la blogosfera

Diez consejos para destacar en la blogosfera, según Clo Willaerts:

1 – Ofrecer buen contenido
Hay que tener calidad en la escritura y aportar contenidos frescos, originales y que fomenten el diálogo. También es importante añadir material audiovisual. Aunque la base es tener algo que decir.

2- Frecuencia y paciencia
Willaerts asegura que lleva tiempo encontrar el estilo o una voz propia y sumar visitas, lectores y comentarios, generalmente unos cuatro años. Y es importante tener en cuenta que si no actualizas con cierta frecuencia la gente deja de leerte y te olvida.

3- Ser notorio, excepcional.
Hay que inspirar, motivar y provocar a los lectores. No se trata sólo de movilizarse uno mismo.

4- Compartir e inspirar.
En la web social todo es compartir. Willaerts afirma que para destacar hay que “dar más de lo que se espera obtener” y convertir cada post en “mercancía social”, que circula libremente por la Red.

5- Ser útiles.
La mayor parte de los blogs más leídos ofrecen noticias, historias curiosas, reseñas y tutoriales.

6- Encontrar un tema fetiche.
La periodista belga cree que la clave para un buen blog es encontrar algo que te apasione y convertirse en experto de ese tema, aunque sea menor. El blog -dice- puede incluso convertirse en un testigo de ese camino hacia la especialización. “Hay que encontrar una audiencia de nicho y servirla lo mejor posible”, explica.

7- Ser consistentes.
Mantener una línea y un estilo, tanto en cuanto a la temática como a su tratamiento.

8- Ser auténticos.
Para lograrlo hay que ser abiertos, transparentes, personales y alejarse de la falsedad y las “poses”.

9- Promocionarse.
Willaerts sostiene que la audiencia se puede aumentar a través de redes sociales comoFacebook y Twitter y promocionando el blog en la firma de los correos electrónicos y otros elementos comunicativos. Asegura que lo mejor es hacerlo de manera manual, no automática.

10- Networking
Por último, la experta belga aconseja tener una vida social activa fuera de la Red (y acudir a los encuentros del sector).

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Los siete mitos más nefastos sobre internet

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El sociólogo de la comunicación Manuel Castells desmonta magistralmente los argumentos de la internetfobia en su último artículo publicado en La Vanguardia:

Primer mito: internet aísla, aliena, deprime. Es lo contrario: usar internet aumenta la sociabilidad, dentro y fuera de la red, porque los dos tipos de sociabilidad se acumulan. Las redes sociales sirven para mantener vínculos originados fuera de la red al tiempo que crean nuevas oportunidades de amistad y relación. Y cuando hay personas que sufren de aislamiento o depresión, la red ayuda a encontrar compañía. En realidad el BCS Institute inglés, con una muestra mundial, encontró una correlación entre internet y los índices de felicidad, porque incrementa sociabilidad y empoderamiento, factores clave inductores de felicidad.

Segundo mito: la divisoria digital. En términos de acceso, en los países desarrollados como España, el acceso a internet (desde distintos lugares y plataformas) oscila entre el 70% y el 90% y supera el 85% en la población adulta de menos de 60 años, porque el principal factor del no uso es la edad, así que cuando mi generación haya desaparecido el uso de internet será universal. En el mundo hay 2.800 millones de usuarios de internet y 6.700 millones de usuarios de móviles, o sea, que la humanidad está conectada. Obviamente, hay desigualdad en la calidad de la conexión, pero dicha desigualdad es menor que en otros indicadores de desigualdad, como patrimonio o renta, porque la gente otorga un valor prioritario a sus prácticas de comunicación.

Tercer mito: internet maleduca a los niños porque no prestan atención en clase y se distraen en casa. Lo que nos dicen los estudios sobre el abandono escolar es que la escuela (no los maestros, que hacen todos sus esfuerzos) no ha entrado en la pedagogía de la era digital y sigue aferrada a libros de texto, negocio editorial y propaganda de las ideologías oficiales. Resultado: los adolescentes, que viven plenamente en la creatividad de la cultura digital, se aburren soberanamente en clase y, en cuanto encuentran alternativa, se largan a la vida, que es más interesante. Cierto que internet requiere menos memorización, porque todo está en la red, pero al mismo tiempo ofrece múltiples posibilidades de recombinar información, que es la base de la creatividad. Como nuestra cultura está basada en la transmisión disciplinada de lo adquirido, está mal visto que los niños piensen por sí mismos, ayudados por maestros que les capaciten para buscar y usar la información enfocada a sus proyectos. Y nuestra economía del conocimiento y nuestra sociedad en cambio continuo requieren sobre todo personas capaces de improvisar e innovar, no de repetir gestos rutinarios.

Cuarto mito: la educación universitaria virtual degrada la calidad por la falta de contacto con el profesor. De hecho, el contacto con el profesor es mucho más limitado en las universidades tradicionales que en las virtuales con calidad basada en tutorías. Y además, las virtuales se dirigen mayoritariamente a una población adulta que sin esa educación no tendría posibilidad de estudiar y reciclarse. Siendo así que el aprendizaje a lo largo de la vida es esencial en una economía en constante transformación.

Quinto mito: internet es el Gran Hermano donde todo se sabe y se vigila. Es cierto que la privacidad en internet es difícil, pero a cambio sabemos que la denuncia del abuso, los movimientos sociales y la resistencia a tiranías encuentran en internet un instrumento esencial de autoorganización y movilización. Internet autonomiza y empodera: los vigilantes también son vigilados.

Sexto mito: la información en internet no es fiable. Mucha no lo es, otra sí, como en los medios de comunicación, pero a diferencia de estos, en internet se puede comentar y corregir mediante la participación activa de múltiples productores de información.

Séptimo mito: internet es causante de violencia, terrorismo, pornografía, sexismo y toda clase de aberraciones. Se olvida que estas lacras son rasgos de nuestras sociedades y por tanto también existen en internet. Es cierto que la viralidad en internet incrementa riesgos, por ejemplo la difusión de técnicas terroristas o propaganda extremista. Pero es que internet es libertad y los usos de la libertad son reflejo de quienes somos, de modo que somos nosotros los que tenemos que cambiar en lugar de ocultarnos la verdad.

Llevamos más de dos décadas de investigación científica rigurosa de internet y su interacción con la vida social Estos siete mitos que deforman la realidad de la red –y por tanto de la vida social– reflejan la ignorancia persistente en torno a este campo de conocimiento, y algo peor: la negativa a conocer la realidad de algo que está delante de nuestras narices. En su artículo, Manuel Castells indica el origen de esta actitud:

La imagen deformada de internet proviene del tremendismo de los medios de comunicación, aterrados por su supervivencia como medios unidireccionales controlados por el dinero y el poder, a pesar del periodismo profesional. De la fobia de intelectuales que perdieron el monopolio de la palabra. Del miedo de los gobiernos a una ciudadanía informada, capaz de autocomunicarse y autoorganizarse. Del temor de burocracias que basan su autoridad en el control de la información. Y de nuestro espanto a saber quiénes somos tras las celosías de la hipocresía social. Temer a internet es temer la libertad.

Y también, añadiría yo, a cierta actitud radical chic que se está difundiendo: considerar que la red y las posibilidades de desarrollo que ofrece son una falacia fruto de «utopías digitalistas» a las que se cree expresiones de un nuevo irracionalismo. Resurge un nuevo elitismo intelectual que reacciona frente a la posibilidad de apropiación por parte de la gente de poderosas herramientas de expresión, relación, comunicación y realización. A eso sí que hay que tenerle miedo.

Ilustración: portada del libro Comunicación y poder, de Manuel Castells, Alianza Editorial.

ACTUALIZACIÓN: Manuel M. Almeida hace un interesante comentario sobre el artículo en su blog Mangas Verdes.

Filed under: Internet abierta y democrática

Por una educación digital crítica

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Si los retos que plantea la alfabetización mediática en los nuevos entornos digitales son complejos, más lo es todavía lo que muestran las tendencias en el uso que los jóvenes hacen de los medios móviles. Hasta hace poco teorizábamos sobre «las tres pantallas» (televisor, ordenador y teléfono móvil) y ahora debemos atender a una panoplia de dispositivos que se complementan y se superponen unos a otros.

No sólo está cambiando la manera de informar y comunicarse, sino también las posibilidades en la educación y el aprendizaje contínuo. Pero también se están produciendo cambios –interesantes e inquietantes a la vez– que tienen que ver con la apropiación de las tecnologías de la comunicación y la información y el modo en que el uso que hacemos de ellas está modificando nuestro entorno comunicativo personal. No se trata solamente de una cuestión sociotécnica, sino psicológica y existencial.

La UNESCO organiza el próximo mes de febrero una semana de estudio sobre el aprendizaje mediante dispositivos móviles, en el que advierte grandes oportunidades para la alfabetización mediática, el desarrollo de la educación en jóvenes y adultos y la mejora en los niveles de lectura, así como la igualdad de oportunidades culturales y educativas de las mujeres y las chicas.

Convocatoria de la UNESCO Mobile Learning Week, inscripciones y seguimiento en línea.

Pero al lado de las oportunidades se encuentran los riesgos. José Manuel Pérez Tornero, uno de los mayores expertos europeos en alfabetización mediática y digital, ha advertido los cambios de los usos de la comunicación que se dan entre los jóvenes:

  1. Utilizan muchas plataformas y soportes, pero especialmente, el ordenador y el teléfono portátil.
  2. Leen de modo multimedia. No sólo leen los textos, sino que contemplan los vídeos, escuchan los audios, combinan todos los lenguajes y códigos a su alcance.
  3. Conexión constante. Leen y se comunican constantemente y en contextos muy diversos –transportes públicos, hogar, la calle, etc.-, utilizando, cada vez más, tecnologías móviles.
  4. Captan la información, en general, de un modo fragmentario, breve, sin disciplina intencional en la lectura, respondiendo a los impulsos que les llegan de los medios.
  5. Dos escalones de comunicación. Reciben información de dos tipos: a) de los grandes medios –periódicos, cadenas de radio y televisión-; b) de las redes sociales, a través de su grupo de “amigos”, que renvían, a veces, la información de los medios.
  6. Reciben información de fuentes muy diversas pero sin auténtico contrate. En general, no establecen procedimientos de contraste crítico sobre esas mismas fuentes. Diversidad no implica diferencia, a veces.
  7. Dificultad para interpretar sosegadamente. Lamentan, en muchas ocasiones, no tener ni tiempo ni modo de disponer de un contexto –una base adecuada- para interpretar la enorme cantidad y diversidad de información que reciben.
  8. Inmersos en la dispersión y no-reflexión. Tienen sensación de dispersión y encuentran dificultades para reflexionar y pensar con tranquilidad. Se sienten con escasísimas posibilidades para concentrarse adecuadamente cuando estudian o intentan leer en profundidad. Continuamente, se ven interpelados por mensajes dechat, de correo electrónico y de avisos emergentes que aparecen en sus pantallas.
  9. Dependencia mediática. Tienen una cierta adicción a estar conectados permanentemente a la red. No soportan largos períodos con el teléfono y el ordenador desconectados. Se sienten dependientes.
  10. Tiempo evanescente. Sienten que no son dueños de su tiempo, porque, de algún modo, la implicación en los medios y el sistema les merma posibilidades de auto-control y de autodeterminación de su comportamiento. Viven “demasiado deprisa”.
  11. Soledad conectada. A veces, perfectamente conectados tienen la sensación de estar solos. Y, tal vez por esto, para no sentir el abismo del silencio y la soledad, no soportan las desconexiones.
  12. Hetero-controlados. Notan que viven volcados hacia la contemplación de los demás, que lo que hacen es visto y hasta controlado por aquellos con quienes conviven en las rede sociales.

Leer el post entero en el blog de Pérez Tornero.

Como suele suceder, los educadores advierten los riesgos más aparentes de ciertos usos comunicacionales juveniles, y algunas escuelas han comenzado a prevenir contra el uso de las nuevas formas de cotilleo adolescente, como las páginas Informer en Facebook o Gossip. Pero el asunto va mucho más allá: «Los medios y, en general, las TICs han lanzado una ofensiva para colonizar nuestro entorno y nuestra psicología. De nosotros, colectivamente hablando, dependen el que lo consigan o, bien, que seamos nosotros mismos los que logremos finalmente, re-apropiarnos de lo que es nuestro entorno comunicativo, o sea, nuestro espacio propio y vital» (Pérez Tornero).

De esta reflexión me quedo con la consideración del entorno comunicativo como un espacio vital propio de la persona. El concepto va más allá de la consideración sociotécnica y sociosemiótica: entra de lleno en el campo de las libertades personales y colectivas y su realización en el campo de la democracia. Se habla del apoderamiento que las TIC pueden proporcionar a las personas, pero no tanto del desapoderamiento. A fuerza de discursos apocalípticos sobre los «efectos de la comunicación» nos hemos quedado inermes ante las posibles consecuencias de los nuevos escenarios. Conviene tomar en consideración posiciones como las de Evgeni Morozov, autor de El desengaño de internet: los mitos de la libertad en la red, cuya experiencia como súbdito de dictaduras ominosas es digna de ser atendida. Debemos afrontar nuevos problemas que no tienen que ver con los «efectos» que las antiguas reacciones al despliegue de la comunicación advertian o imaginaban. El entorno comunicacional personal y grupal es también un escenario democrático, de ejercicio de derechos de ciudadanía y de desarrollo personal que debe ser protegido, defendido y educado. Hay que comenzar a distinguir la comunicación formativa y democrática de la pseudocomunicación disruptiva y opresora que los intereses corporativos quieren hacer pasar por constructora de las identidades juveniles.

Algunas propuestas que se me ocurren ahora mismo:

Promover una educación digital centrada no en los usos de las tecnologías sino en su propósito.

Vincular los elementos de cultura pop propios de los entornos digitales juveniles a las cuestiones permanentes de la cultura humanística, descubriendo horizontes y mostrando relaciones significativas.

Incorporar a la educación mediática (media literacy) habilidades personales en materia de lectoescritura, potenciación de la memoria, creatividad y organización e integración del conocimiento.

Emplear recursos existentes en el campo de la pedagogía, las nuevas aplicaciones (mindmapping) y los métodos psicofísicos (mindfulness) sin olvidar el papel del ejercicio físico en tanto que favorecedor de los procesos sinápticos del cerebro.

Mostrar las posibilidades que la red ofrece en cuanto a contenidos de calidad, y ofrecer criterios para encontrarlos e identificarlos.

Educar en cuanto a las fronteras existentes entre un uso liberador de las tecnologías y una colonización de los espacios comunicacionales personales por las corporaciones, vinculando las acciones educativas a las realidades individuales de los educandos.

Mantener como horizonte la perspectiva de un nuevo humanismo postideológico en el que la tradición liberadora de las humanidades y el movimiento democrático se reactualicen en el marco de la sociedad de la comunicación.

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Milid Week, un congreso para la alfabetización mediática e informativa y el diálogo intercultural

Del 23 al 35 de mayo se celebra en la Universidad Autónoma de Barcelona la Milid Week, un congreso que abre un espacio para fomentar el encuentro y la cooperación entre organismos internacionales, universidades, medios, asociaciones, investigadores, profesores y estudiantes de todo el mundo que trabajan en el campo de la Alfabetización Mediática e Informativa y el diálogo intercultural. MILID significa Media and Information LIteracy and Intercultural Dialogue.

En el marco del encuentro se realizará la presentación oficial del UNITWIN Cooperation Programme on Media and Information Literacy and Intercultural Dialogue (UNESCO – United Nations Alliance of Civilizations), apoyado por la Cátedra Global Unesco Unaoc Unitwin, dirigida actualmente por la Universidad Autónoma de Barcelona, y de la que forman parte universidades de China, Estados Unidos, Egipto, Jamaica, Brasil, Australia y Marruecos.

Los principales focos de interés de las comunicaciones que se presentarán en Milid Week 2012 son el estudio sobre las competencias de los usuarios para usar los medios y las oportunidades que ofrecen estos últimos para generar diálogo intercultural y favorecer una ciudadanía activa. Más de cincuenta propuestas de comunicaciones han sido aceptadas.

Los ejes temáticos con mayor peso en esta edición son Alfabetización mediática y diálogo intercultural y Experiencias TIC: Periodismo y participación. Las comunicaciones provienen fundamentalmente de grupos de investigación de Iberoamérica, aunque también se presentarán experiencias y resultados de África, Asia y otros países de Europa.

Algunas comunicaciones también pondrán en común iniciativas y proyectos de alfabetización mediática de diversas organizaciones. Entre estas se encuentra la experiencia de la Semana de pantallas sanas del Observatorio Europeo de la Televisión Infantil o los análisis de la producción audiovisual del Festival Plural +.

Además de la presentación de comunicaciones, el programa de Milid Week 2012 propone diversos espacios de socialización de iniciativas y discusión en torno al desarrollo de competencias críticas con niños, jóvenes, o a lo largo de toda la vida, y en los diferentes escenarios educativos así como la realización de un mapeo de las experiencias de Alfabetización Mediática a nivel internacional.

El programa recoge diversos espacios de puesta en común de iniciativas y discusión en torno al desarrollo de competencias críticas, con niños, jóvenes, y a lo largo de toda la vida, en los diferentes escenarios educativos. Igualmente, se realizará un mapeo de las experiencias de Alfabetización Mediática a nivel internacional, y se debatirá en torno al currículo de la Unesco para la formación de maestros en este ámbito.

Milid Week facilitará encuentros, debates, reuniones de trabajo y la puesta en común de experiencias del ámbito de la Alfabetización mediática y el Diálogo Intercultural. Muchas instituciones tendrán la oportunidad de compartir resultados en este evento y conocer otras experiencias que se están llevando a cabo en el área.

 Web oficial de la Milid Week

Programa general

Más información en la web del Gabinete de Comunicación y Educación

 

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Libros recomendados

Alfabetización mediática y nuevo humanismo. J.M. Pérez Tornero, Tapio Varis. Ed. UOC.

La enseñanza del ciberperiodismo. Santiago Tejedor. Comunicación Social.

The Handbook of Internet Studies. Mia Consalvo, Charles Ess. Wiley.